Si bien lo ideal es contar con un departamento de inteligencia competitiva, sabemos que es imposible contar un grupo de personas dedicadas a esa tarea. Por lo cual se pueden tener en cuenta ciertas acciones a implementar desde los niveles medios de nuestra organización.
Veamos cuáles son las acciones a implementar:
1. Identificar y conocer a nuestros competidores, saber cómo se encuentran posicionados en el mercado, cuáles son sus acciones comerciales recientes, sus puntos fuertes y débiles, sobre los últimos debemos trabajar para que nuestro producto pueda superarlos.
2. Priorizar los puntos clave de la organización que deben vigilarse, tales como, nuevos productos, precios o promociones, teniendo en cuenta el impacto de estos factores en nuestros clientes y competidores.
3. Buscar indicadores que nos alerten ante situaciones que afecten a la organización. Deben determinarse indicadores para los puntos clave y la relación de estos con los clientes y proveedores.
4. Distribuir los indicadores en cada área de negocios para que se encarguen del monitoreo y del análisis de los resultados.
5. Detectar la situación que está por ocurrir o se encuentra ocurriendo e implementar en forma particular o general una estrategia corporativa para combatirla.
6. Obtener experiencia, aprender de nuestros logros y fracasos. A medida que nuestro sistema este en marcha mejorará nuestra estrategia y de esta manera el impacto afectará en menor medida a la organización.
Como podemos ver no existe una fórmula mágica aplicable a todas las organizaciones, implementar un sistema de alertas tempranas es tarea particular de cada organización y hará hincapié sobre los factores que cada una de ellas determine como críticos.
Ningún sistema es perfecto ni puede detectar todas las situaciones que surgirán, por lo cual pueden fracasar algunas de las acciones que desarrollemos pero no hay que desalentarse por ello. Es imposible prever todo lo que va a suceder, aún así estar alerta genera un importante valor para nuestra organización.